Tenue y etérea que flota muda, en suspenso en el aire y que todo lo envuelve....de misterios, de tinieblas y de pausas que parecen congelar el tiempo.
En ocasiones puede mostrar una imagen tétrica o provocar incluso cierto desasosiego, sin embargo en otras ocasiones como fue aquella noche, lo que descubre es una rara belleza.
Aporta una dosis sobrenatural a escenas que son normalmente cotidianas, enriqueciéndolas y aportando matices que normalmente no son visibles.
Desde las alturas se divisa como un manto de luz fantasmal que todo lo envuelve y oculta. Asemejándose a una ola procedente del mar que poco a poco quiere engullir la ciudad.
Y hay en mitad de la noche, solo en un lugar de la oscuridad, tan solo iluminado por la luna y las estrellas, ser testigo de esa escena me hizo sentir un privilegiado. Un afortunado que presencia un espectáculo puesto ante sus ojos por la naturaleza, mientras a sus pies se extiende una ciudad que como sus gentes duerme, ignorando esa realidad.
Donde danzan luz con oscuridad.
Donde se abraza lo terrenal y divino.
Donde el misterio hace desvanecer edificios y aparecer otros.
Donde la naturaleza crea una manta invisible con la que oculta y arropa tierras.
Donde deja asomar gigantes antes dormidos, sobre mares irreales, flotantes y etéreos. Mares que solo estarán visibles un rato, antes de partir de nuevo al mundo oculto y velado de la mirada mortal.
Es precisamente a ese lugar, a donde quiero que camines conmigo a través de este reportaje.
La sensibilidad, el buen "ojo" , el estar en el sitio adecuado en el momento adecuado como tú has dicho muchas veces, el que las cosas a veces se confabulen para que algo se dé o sea posible, de todo eso hay q ser consciente y saberlo, como lo sabes tú, Jose, irás descubriendo y descubriéndote poco a poco. Te queda camino, disfruta del camino no aspires sólo a la meta. Un abrazo. Inma
ResponderEliminarMuchas gracias Inma.
ResponderEliminarQue gran verdad lo que has dicho de "disfrutar del camino y no solo aspirar a disfrutar de la meta".
Un besazo.